¿Cuándo se olvida a una persona de la que estabas enamorada? ¿Será cuando ya ves sus historias de Instagram con normalidad o cuando empiezas con un nuevo amor?
Los sentimientos pasan factura, tanto mentalmente como físicamente, pero hay señales evidentes, y son las del corazón. Cuando esa cosita en el pecho derecho empieza a temblar como un Satisfyer, y no es precisamente una sensación de placer.
Nos alarmamos con un mensaje, un encuentro o un recuerdo de alguien a quien habíamos amado. O puede que la sigamos amando, pero hasta que no nos despiertan esas emociones, no lo sabemos bien.
El corazón tiene memoria y no se le escapa ni una. Y creedme, cuando llama a la puerta, hace que suenen las alarmas. Las de Securitas Direct se quedan cortas. Aunque hay una opción de SOS que solemos presionar para protegernos.
Hay personas que duermen dentro de nosotros y, cuando las despertamos, es un infierno. Soñamos con ellas, buscamos información nueva en sus redes sociales, preguntamos a amigos si saben algo. Yo he llegado a encontrar un TFG de la persona que buscaba, ya que no tenía ni redes sociales ni nada. Siempre sutiles, tampoco queremos levantar sospechas ni resucitar a nadie. Solo nos damos un paseo para actualizar la información.
Pero la mente es demasiado traicionera y nos va a torturar una buena temporada. Imagino que el corazón es el fondo del océano y la mente es un sinfín de olas en la superficie.
Volviendo a la pregunta: ¿Cuándo se olvida a una persona de la que estabas enamorada? La respuesta es nunca. No olvidamos, simplemente la apartamos. Nunca vamos a olvidar sus manías, su forma de ser, su gusto musical, el tipo de café que toma, el cubata que se pide de fiesta o el vínculo que tuvimos. No se puede olvidar algo por lo que apostaste con todo tu ser y se te respondió con la misma pasión. Independientemente de la razón por la que se haya roto el vínculo, no lo vas a olvidar, simplemente te lo vas a guardar.
Por eso es importante aislarnos de esas personas a las que somos vulnerables, para sanar y guardar todo en el fondo. Por nosotros y por nuestra salud mental. Por eso yo estoy muy a favor de silenciar las historias, intentar no coincidir y, bajo ningún concepto, escribir.
Porque entre mensaje y mensaje, se queda para hablar. Y las ganas de follar te pegan un buen viaje.
Suerte.
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